
Génesis de los Glaciares
Los glaciares se forman por la acumulación y compactación de nieve granular, que con el tiempo se transforma en hielo glaciar. Este proceso ocurre en regiones donde la acumulación de nieve supera su fusión, como en zonas de alta montaña o en latitudes polares. La nieve se compacta bajo su propio peso, formando hielo que fluye lentamente debido a la gravedad. Este movimiento es más rápido en la superficie y en el centro del glaciar, mientras que en la base y los márgenes es más lento debido a la fricción con el sustrato (Benn & Evans, 2010).
Los glaciares se clasifican en dos tipos principales: glaciares templados (o de montaña) y casquetes de hielo polares. Los glaciares templados se forman en zonas de alta montaña, donde la precipitación invernal es principalmente en forma de nieve. Estos glaciares tienen una zona de acumulación en la parte superior, donde se acumula la nieve, y una zona de ablación en la parte inferior, donde el hielo se derrite (Hambrey & Glasser, 2003). Por otro lado, los casquetes de hielo polares, como los de la Antártida y Groenlandia, son masas de hielo continentales que cubren grandes extensiones y pueden alcanzar espesores de varios kilómetros.

Procesos de Erosión y Transporte
Los glaciares son agentes erosivos extremadamente eficaces. A través de dos procesos principales, arranque (plucking) y abrasión, los glaciares modifican el paisaje de manera significativa. El arranque ocurre cuando el hielo se congela a la roca subyacente y arranca fragmentos de roca al moverse. La abrasión, por otro lado, ocurre cuando los fragmentos de roca incrustados en la base del glaciar raspan y pulen la superficie rocosa, produciendo sedimentos de grano fino como limo y arcilla (Bennett & Glasser, 2009).
El material erosionado es transportado por el glaciar y depositado en diferentes formas, dependiendo de la dinámica del hielo y las condiciones ambientales. Los depósitos glaciares, conocidos como till, son característicos de este ambiente y consisten en una mezcla de partículas de diferentes tamaños, desde arcillas hasta grandes bloques de roca. Estos depósitos suelen ser mal clasificados y no estratificados, lo que los distingue de otros tipos de sedimentos (Evans et al., 2006).

Características Erosionales del Glaciar
Los glaciares dejan una serie de rasgos erosionales que son indicativos de su presencia pasada. Entre estos se encuentran:
- Circos glaciares: Depresiones en forma de cuenca talladas en las laderas de las montañas, donde se acumula la nieve y el hielo.
- Valles en U: Valles que han sido modificados por el flujo glaciar, adquiriendo una forma característica en U.
- Estrías glaciares: Marcas lineales en la superficie de la roca, producidas por el arrastre de fragmentos de roca incrustados en la base del glaciar.
- Rocas aborregadas: Rocas que han sido pulidas y redondeadas por el movimiento del hielo, mostrando una superficie lisa en el lado de avance del glaciar y una superficie irregular en el lado opuesto.
Estas características son clave para identificar antiguas glaciaciones en el registro geológico.

Depósitos Glaciares
- Till de base: Formado por la abrasión y arranque de material en la base del glaciar. Este tipo de till suele presentar clastos alineados en la dirección del flujo del hielo.
- Till de ablación: Depositado en la superficie del glaciar a medida que el hielo se derrite. Este material suele ser menos compacto y más heterogéneo que el till de base.
- Morrenas: Acumulaciones de till que forman crestas o colinas en los márgenes o frente del glaciar. Las morrenas laterales, centrales y terminales son comunes en los valles glaciares (Benn & Evans, 2010).
Además de los depósitos directos del hielo, los glaciares también generan sedimentos glaciofluviales, transportados por el agua de deshielo. Estos sedimentos suelen ser mejor clasificados y estratificados que los depósitos de till, y se depositan en abanicos aluviales, llanuras de outwash y deltas glaciares. Los jökulhlaups, inundaciones catastróficas causadas por la ruptura de lagos glaciares, pueden transportar grandes volúmenes de sedimentos en cortos períodos de tiempo, depositando capas gruesas de arena y grava (Russell et al., 2001).

Depósitos Lacustres y Glaciomarinos
En ambientes proglaciares, los lagos son comunes y se llenan rápidamente con sedimentos clásticos. Los depósitos lacustres glaciares incluyen varvas, capas anuales de sedimentos que registran las condiciones climáticas estacionales. Las varvas están compuestas por una capa gruesa de limo depositada en verano y una capa fina de arcilla depositada en invierno (Zolitschka et al., 2015).
En ambientes glaciomarinos, los sedimentos pueden incluir dropstones, fragmentos de roca transportados por icebergs y depositados en fondos marinos. Estos depósitos son comunes en regiones polares y proporcionan evidencia de la extensión de los glaciares en el pasado (Dowdeswell et al., 1998).

Estructuras y Rasgos Morfológicos Asociados al Ambiente Glaciar
Los glaciares también generan una serie de estructuras y rasgos morfológicos distintivos, como:
- Eskers: Colinas alargadas formadas por sedimentos depositados por ríos subglaciales.
- Kames: Montículos de grava y arena depositados cerca de los márgenes glaciares.
- Drumlins: Colinas alargadas formadas por la acción del hielo en movimiento.
Estas estructuras son clave para entender la dinámica de los glaciares y su impacto en el paisaje.
Conclusión
Los ambientes glaciares son complejos y dinámicos, con una amplia variedad de procesos erosivos y deposicionales. Los depósitos glaciares, glaciofluviales y glaciomarinos proporcionan información valiosa sobre las condiciones climáticas pasadas y la evolución de los glaciares. Estudios recientes han demostrado que los glaciares no solo son importantes agentes de erosión y sedimentación, sino que también juegan un papel crucial en la regulación del clima global a través de su influencia en el ciclo del agua y el albedo terrestre (IPCC, 2021).
Referencias:
- Benn, D. I., & Evans, D. J. A. (2010). Glaciers and Glaciation. Hodder Education.
- Bennett, M. R., & Glasser, N. F. (2009). Glacial Geology: Ice Sheets and Landforms. Wiley-Blackwell.
- Dowdeswell, J. A., Ó Cofaigh, C., & Pudsey, C. J. (1998). Thickness and extent of the subglacial till layer beneath an Antarctic paleo-ice stream. Geology, 26(1), 55-58.
- Einsele, G. (2000). Sedimentary Basins: Evolution, Facies, and Sediment Budget. Springer.
- Evans, D. J. A., Phillips, E. R., Hiemstra, J. F., & Auton, C. A. (2006). Subglacial till: Formation, sedimentary characteristics and classification. Earth-Science Reviews, 78(1-2), 115-176.
- Hambrey, M. J., & Glasser, N. F. (2003). Glacial sediments: Processes, environments, and facies. Geological Society of London Special Publications, 227(1), 1-29.
- IPCC. (2021). Climate Change 2021: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Sixth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change. Cambridge University Press.
- Russell, A. J., Knudsen, Ó., & Fay, H. (2001). Jökulhlaup sedimentology and geomorphology. Earth-Science Reviews, 54(1-3), 1-31.
- Zolitschka, B., Francus, P., Ojala, A. E. K., & Schimmelmann, A. (2015). Varves in lake sediments – a review. Quaternary Science Reviews, 117, 1-41.
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